A 18
años de su implementación, diversos estudios realizados han revelado que
los beneficios de este cambio de horario son realmente pocos.
Autoridades señalan un ahorro de más de
mil millones de pesos, pero este ahorro no se ve reflejado en los
bolsillo de los mexicanos
No hay un informe completo al final del
“Horario de Verano”, por lo que la sociedad no puede establecer un
juicio real sobre si hubo o no ahorros
Este sábado millones de mexicanos
deberán adelantar una hora a sus relojes para amanecer con el nuevo
horario y contribuir con el ahorro de energía
A unos días de que dé inicio el “Horario
de verano”, la mayoría de los mexicanos nos seguimos cuestionando si
realmente este ajuste de relojes representa un beneficio y si así es, en
dónde está ese beneficio.
Diversos estudios realizados han
revelado que los beneficios de este cambio de horario son realmente
pocos y trae también diversos problemas y molestias, ya que aunque el
gobierno federal excusa que se obtiene un ahorro millonario en el
consumo de energía eléctrica, la realidad es que en los bolsillos de los
mexicanos no ve verdaderamente reflejado, al seguir recibiendo recibos
de consumo cada vez más caros, entonces, ¿dónde está ese supuesto
ahorro?.
Desde la implementación del “Horario de
Verano”, ha quedado demostrado que éste no sirve para nada, pues no hay
un solo hogar en el país que reporte algún ahorro de energía, según lo
reveló José Luis Rocha Fernández, catedrático de la facultad de Ciencias
Atmosféricas de la Universidad Veracruzana (UV).
Aplicado desde la época en que Carlos
Salinas de Gortari era presidente, el “Horario de Verano” no ha
reportado beneficios, aun y cuando algunos supuestos especialistas de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) han pretendido destacar sus
bondades: “Aseveraciones poco comprobables y que sólo tratan de
confundir a la sociedad”.
Varios expertos han afirmado que el
cambio de horario sirve más a los intereses de Estados Unidos y su
aviación que a los mexicanos, les sirve porque coinciden los horarios de
las aerolíneas, sólo sirve para viajeros, políticos, empresarios y
gente bien que utiliza continuamente el servicio aéreo.
En México, la gente se levanta a las
6:00 horas y aún está oscuro y para moverse dentro de su hogar tiene que
prender la luz. Como la claridad llega hasta las 7:00 o 7:30 horas, ya
estuvo la luz encendida el mismo tiempo que uno la enciende en la noche,
de manera que no puede representar ningún tipo de ahorro.
Y es que, supuestamente con el Horario
de Verano se genera ahorro por más mil 348 millones de pesos y según el
gobierno federal, desde que inició el programa en 1996 a nivel nacional,
se ha ahorrado a la fecha el equivalente al consumo anual de 11
millones de dólares en los hogares, pero este supuesto ahorro no se ve
reflejado en los bolsillo de los mexicanos.
Los estudios señalan que los horarios de
verano e invierno representarían en una mínima pero muy mínima parte,
un ahorro en la energía eléctrica. “Es tan imperceptible que nadie puede
asegurar que se ha dado cuenta que realmente ese ahorro se dé”.
Peor aún, no hay un informe completo al
final del “Horario de Verano”, por lo que la sociedad no puede
establecer un juicio real sobre si hubo o no ahorros.
Inclusive, el cambio de horario sólo
provoca trastornos físicos, debido a que cuando la gente ya se ha
acostumbrado al horario implementado en abril, se da cuenta que tiene
que retrasar el reloj, lo que viene a provocar otros cambios que
provocan más perjuicios que beneficios, concluyó.
Para este 2014, el cambio de horario se
dio desde el pasado 9 de marzo, para los 33 municipios de la franja
fronteriza del norte del país, tres semanas antes que para el resto del
país, establecido con base al decreto publicado en el Diario Oficial de
la Federación, el 1 de marzo del 2002, lo que según señalan los
expertos, es nada más para complacer a los Estados Unidos.
El horario de la frontera norte se
extiende del segundo domingo de marzo hasta el primer domingo de
noviembre, a diferencia del centro del país, donde el horario de verano
entra en vigor el primer domingo de abril y culmina hasta el último
domingo de octubre.
Los habitantes de la zona fronteriza
deberán adelantar una hora los relojes para dar continuidad al cambio
estacional y realizar un uso eficiente de la energía eléctrica.
En 2010, el horario se modificó para
estar en sincronía con Estados Unidos, estableciendo de esta manera las
nuevas fechas que van del segundo domingo de marzo hasta el primer
domingo de noviembre, aunque hasta la fecha la gran mayoría de los
mexicanos no vemos ningún beneficio palpable.
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