Hay que tener muy en cuenta que en el
tren de la muerte, conocido como “La Bestia”, no solo viajan migrantes
centroamericanos, también lo hacen mexicanos chiapanecos que van
igualmente en busca del sueño americano o de un trabajo en alguna
comunidad a la que se trasladan en ese ferrocarril.
Durante la Semana Mayor, según
información nacional, ocurrieron asaltos con resultados de muerte en el
tramo Arriaga-Ixtepec- Oaxaca, hechos en los que perdieron la vida
cuatro personas tres mexicanas y una hondureña, tres más resultaron
lesionadas una mujer y dos hombres, también mexicanos.
Fue el Instituto Nacional de Migración
el que informó que entre los parajes conocidos como Reforma de Pineda y
Las Palmas Oaxaca, zona de difícil acceso, un grupo de delincuentes
subió al tren para robar a los viajeros y como estos se resistieron al
atraco y se negaron a entregar sus pertenencias, les dispararon y allí
murieron tres personas cuya identidad se desconoce y resultaron heridos
Pablo López Méndez de 20 años de edad, Francisco Javier Solórzano López
de 32 y Juana Velázquez Roque de 36, los tres de origen chiapaneco. Juana, esposa de Francisco Javier Solórzano, originaria de Cintalapa,
recibió dos impactos de bala y dijo que ella y su marido abordaron el
tren en Arriaga, con destino a Unión Hidalgo, hacia donde viajan en
busca de trabajo.
El sacerdote Alejandro Solalinde
responsable de la Casa del Migrante Hermanos en el Camino de Ixtepec,
sostuvo que no es posible que la muerte y los asaltos sean el pan diario
de aquellos hombres y mujeres que buscan mejorar su vida”.
Es difícil aceptar que este tipo de
atentados se realicen con tan manifiesta impunidad a pesar de las
reiteradas declaraciones de autoridades federales y estatales sobre la
preservación de la integridad y de los derechos humanos de los
migrantes. Todo mundo sabe que viajan 500 o más en el lomo del tren y
nadie hace nada por otorgarles alguna vigilancia de protección, los
dejan marchar hacia el peligro, a merced de delincuentes que con todo
cuidado trazan el camino sus fechorías.
Los migrantes que vienen en pos del
sueño americano y salen de su país, tienen el cuidado de hacerse de
dólares para viajar con ellos y pagar en la frontera norte la entrada al
territorio estadounidense donde hacen de la suya los llamados
“polleros” con su red de complicidades con las mismas autoridades
norteamericanas. Muchos migrantes saben muy bien con quien van a
negociar en el logro de sus propósitos, por eso cuidan de manera muy
diligente sus dólares porque sin ellos todas las puertas se les cierran.
Los delincuentes saben del dinero que llevan consigo y buscan
quitárselo a como dé lugar, aún asesinando.
Los migrantes escenificaron la noche del
miércoles 16 de abril el llamado Viacrucis del Migrante que partiría de
Tenosique Tabasco a Palenque Chiapas y cerca de 500, con 20 activistas y
defensores de los derechos humanos abordaron el ferrocarril, pero los
maquinistas boicotearon el viaje desenganchando los vagones, alegando
que era una travesía muy riesgosa. Los indocumentados y los defensores
de los derechos humanos encabezados por el sacerdote Tomás González
Castillo, director del albergue La 72, decidieron iniciar el viacrucis
caminando en la noche del 17 de abril 81 kilómetro de distancia.
Este es el drama en esta pobre gente en
la lucha por la sobrevivencia propia y de la familia. Su paso por
territorio chiapaneco es forzoso para arribar a la frontera norte, hay
un sinfín de discapacitados mutilados por el tren y que recientemente
intentaron entrevistarse con el presiente Peña Nieto, no lo lograron
pero sí fueron atendidos por funcionarios de alto nivel de la Secretaría
de Gobernación.
Defenderlos y protegerlos en sus
derechos elementales es un deber de las autoridades nacionales pero más
lo es ampararlos a través de esa reforma migratoria integral que es
compromiso moral y político del presiente de los Estados Unidos, Barack
Obama.
COLOFON.-Ayer a las 15 horas una
caravana numerosa de migrantes, buscó ser recibida por el presidente
Enrique Peña Nieto para demandarle el libre tránsito del flujo
migratorio que cruza el territorio mexicano a fin de evitar o diezmar
los numerosos delitos que padecen en su camino hacia los Estados Unidos.
No es este un asunto en el que deba intervenir directamente el
presidente de la República, supuesto que hay otras instancias que le han
prestado atención a los planteamientos. Estos migrantes estuvieron
antes en Veracruz y allí el gobernador de ese estado, Javier Duarte de
Ochoa, les prometió que a su paso por esta entidad nadie los molestaría
ni serían perseguidos ni detenidos por ninguna autoridad. O sea que a
los migrantes se les escucha y no se les deja a la deriva, tan es así
que anoche el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel
Macera, tuvo una audiencia con ellos. Es un problema que se recrudece
conforme pasan los días y en donde necesariamente se involucra Chiapas,
como tramo forzoso para llegar a la frontera norte.
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