Violencia incrementa la migración a Estados Unidos

Centenares de menores no acompañados e incluso familias centroamericanas están migrando a Estados Unidos, para huir de la violencia en sus países, y alejarse de las bandas del crimen organizado, por lo que prefieren arriesgarse a cruzar por México, asegura un reporte de la reconocida organización Movimiento Migrante Mesoamericano, que expone así las causas de este éxodo y un nuevo perfil de los indocumentados.

El reporte destaca que en los últimos meses “hay más madres con sus hijos pequeños como nunca antes e infantes solos”; detalla que en el Hogar Refugio para Personas Migrantes “La 72”, de Tenosique, Tabasco, entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año, se atendió a 6 mil 192 personas, de las cuales mil fueron mujeres con niños y 800 menores no acompañados.

“Tan solo en la ruta del tren en el tramo entre Arriaga Chiapas e Ixtepec, Oaxaca de aproximadamente 50 mujeres que se observaban en cada corrida el año pasado, hoy día se pueden observar grupos hasta de 250 mujeres en su mayoría con hijos pequeños”, expone el documento.

De acuerdo con la organización que dirige Rubén Figueroa, actualmente en la ruta migratoria se pueden detectar: “hombres y mujeres solos que continúan siendo mayoría, seguidos de un incremento considerable de jóvenes no acompañados de entre 14 a 18 años y una cantidad inusitada de mujeres con niños de entre 0 y 12 años".

La presencia de traficantes es muy notoria en las centrales de autobuses de Tabasco, Chiapas y Veracruz, también se observan jóvenes no acompañados cuyos padres desde los Estados Unidos, contratan a ‘polleros’ para que les lleven a sus hijos, y es frecuente que estos sujetos se hagan acompañar de mujeres con el fin de no generar sospechas al ser vistos con tantos jovencitos”.

Añade que “los niños están siendo el blanco preferido de las pandillas que operan el narcomenudeo y las extorsiones, no sólo en las ciudades más importantes de Honduras como Tegucigalpa y San Pedro Sula, sino también en zonas conurbadas".

Honduras ahora parece ser el país más afectado pero toda la región muestra una realidad análoga. "Una violencia ejercida por el crimen organizado que va de la mano con la violencia de estado, alimentada por la falta de oportunidades de empleo, salud, educación y satisfactores mínimos para vivir, donde reina la impunidad total y los agraviados no pueden denunciar porque, según testimonios reiterados, muchos han sido ejecutados después de presentar la denuncia, dada la complicidad de la autoridad con la delincuencia”.