La Frontera Sur de México registra como nunca un incremento en el
flujo migratorio. Cientos de personas cruzan por esta parte del país en
su paso hacia los Estados Unidos.
Las mujeres y los niños son los
más vulnerables. Se exponen a la extorsión, asaltos, secuestros,
explotación sexual o laboral e incluso el tráfico de órganos.
En
Arriaga, la Casa del Migrante es uno de los albergues que brinda ayuda
humanitaria a esos hombres, mujeres y niños que buscan una vida mejor en
la Unión Americana. Les canalizan con la autoridad, cuando han sufrido
algún delito.
El director del albergue, Carlos Bartolo Solís,
comenta que tienen capacidad para atender a 80 personas; sin embargo, en
ocasiones han albergado hasta 120 en un mismo día. La mayoría provienen
de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua.
MÁS NIÑOS Y NIÑAS
Carlos
Bartolo, como conocedor del fenómeno migratorio, porque lo vive a
diario, confirma que hay un aumento en el flujo de menores de edad. El
año pasado el 22 por ciento de las personas que atendieron eran niños,
siempre acompañados de un familiar.
Sin embargo, pese a la
información que se difunde a diario en medios nacionales, asegura que es
raro encontrar a menores de edad no acompañados. En lo que va del año
ha conocido dos o tres casos, de entre 14 y 17 años. Muchos dicen ir
acompañados de un familiar y es difícil confirmar si dicen o no la
verdad.
El albergue se mantiene de donativos por parte de personas altruistas, que aunque hacen mucha falta siempre tienen lo necesario.
Aquí
los migrantes se quedan dos o tres días, otros hasta más de un mes con
la esperanza de juntar algo de dinero para facilitar su travesía.
Algunos
migrantes deciden permanecer más tiempo en Chiapas. Hondureños,
salvadoreños y guatemaltecos intentan mejorar su nivel de vida.
Carlos
Bartolo Solís sugiere detonar la Frontera Sur para que haya mejores
oportunidades para aquellos que deciden no continuar su camino y
quedarse en esta tierra.
Noticias Voz e Imagen de Chiapas.
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