El
liderazgo es un conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un
individuo tiene para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo
de personas determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el
logro de metas y objetivos.
También
se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar,
promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo. El liderazgo debe
de darse de forma eficaz y eficiente, sea éste personal, gerencial o
institucional.
Sin embargo,
ello no ocurre en el caso del secretario general de la Sección 7 del SNTE,
Adelfo Alejandro Gómez, quien como los cangrejos ha tenido una actuación que
lejos de sumar bonos, los ha mermado, los ha minimizado y de ello da cuenta la
cada vez más mermada participación de maestros del llamado “Bloque Democrático”
en sus recientes movilizaciones.
Se
le reconoce que durante el pasado movimiento magisterial fue capaz de conjuntar
en una sola marcha, la del 15 de septiembre a 35 mil maestros en la capital del
estado porque la lucha de los maestros estaba en su punto álgido y la Reforma
Educativa arrasó parejo, “charros” y “democráticos”, afecto por igual a ambos
grupos. Sin embargo, su falta de una estrategia clara que definiera el rumbo
del movimiento del magisterio termino por llevarlo a derroteros nada agradables
para su gestión.
No
en balde el último día del plantón, al término de la conferencia de prensa tuvo
que salir escoltado por sus incondicionales ante los calificativos de “traidor”
y “vendido” que muchos maestros le profirieron.
Y es
que el líder de la Sección 7 y sus incondicionales, Pedro Gómez Bahamaca,
Alberto Miron, Manuel de Jesús Mendoza Vázquez, entre otros, erraron el camino
en sus ambiciones. Versiones apuntan que en los últimos procesos de
negociaciones fueron beneficiados con prebendas personales, estiraron la liga a
más no poder.
Sin
embargo, ante su corta visión de liderazgo, terminó desgastando, cansando y
hartando a las bases y ahora los maestros ya no creen en su palabra y en las
últimas manifestaciones convocadas ha logrado juntar escasos cinco mil
maestros.
Y es
que la desilusión de los maestros que confiaron ciegamente en su falso
liderazgo, vino cuando se enteraron que lo que terminaron aceptando los líderes
del movimiento, fue lo mismo ofertado por el gobierno estatal meses antes de
que determinaran irse a una aventura desproporcionada, la entrega de uniformes
y calzado y otras prestaciones laborales de menor rango. Pero de eso a echar
abajo la Reforma Educativa como tanto vociferaban, simple y sencillamente no
pasó nada.
Ello,
significo para la base magisterial el desencanto y la desilusión evidenciando
un falso liderazgo, además del desgaste económico, físico, emocional y el
descredito ante la mayoría de la sociedad que comienza a hartarse de los
desplantes de estos.
El
liderazgo entraña una distribución desigual del poder. Los miembros del grupo
no carecen de poder; dan forma a las actividades del grupo de distintas
maneras. Aunque, por regla general, el líder tendrá la última palabra, sin
embargo, Adelfo y compañía no fueron capaces.
Posterior
al movimiento magisterial, el líder de la Sección 7 del SNTE no fue capaz de
mantener su influencia entre éste y sus seguidores, no fue capaz de hacer
llegar a la base los cambios y resultados reales que esperaban como propósito
de su lucha.
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