La moneda está en el aire. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene en sus manos la tarea de analizar y resolver un juicio de amparo que busca legalizar el uso de la marihuana con fines medicinales y recreativos; lo que ha levantado voces en contra y a favor del consumo de este psicotrópico en el país.
Para Carlos Hiram Culebro Sosa, coordinador de la Red Estatal de Universidades para la Prevención de Adicciones (REUPA), sería un retroceso, porque pasarían por alto las serias repercusiones que produce en la salud física y mental de los consumidores, y los efectos negativos que su venta sin restricciones tendría en la sociedad.
De ser votado a favor, los medios de comunicación propiciarían el consumo de esta planta, principalmente entre la población joven, que sería la más “golpeada”, porque las sustancias psicoactivas de la Cannabis afecta el desarrollo cerebral, que no concluye sino hasta los 23 años.
“En muchos sectores jóvenes es bien visto que la fumen, porque no tienen información adecuada; piensan que es menos tóxica que los cigarrillos porque su origen es natural, pero no saben que es una puerta hacia las demás drogas”.
Los adolescentes y jóvenes que la utilizan tienen cambios negativos en su comportamiento; dejan de convivir con sus amigos, para rodearse de otros consumidores; y disminuyen su rendimiento académico debido a que la dependencia provoca una pérdida de la capacidad de atención.
Después del alcohol y el tabaco, las principales drogas legales de inicio, está la marihuana; estos tres productos abren paso al uso de otras sustancias tóxicas mucho más dañinas y adictivas como la heroína y la cocaína, opinó Culebro.
A esto añade que no hay una razón económica que justifique su legalización, porque los ingresos que se recaudarían a través de impuestos por la venta de sus derivados, estarían muy por debajo de los recursos que se requerirán para dar atención médica a los nuevos consumidores; y esto se reflejaría también en la saturación de los servicios de salud.
“Países como Canadá y Argentina han dado marcha atrás a la permisibilidad, por los efectos negativos que han detectado en los últimos años en la salud de su población”.
—¿Estaría de acuerdo su aprobación para fines medicinales?
—No hay evidencias científicas suficientes para considerarlo; y tampoco eso sería justificante, porque ya hay otros fármacos que reducen los malestares que dicen curar con la marihuana. No hay que dejar fuera que tiene componentes dañinos que producen adicción.
—Otro de los argumentos a favor es que sería un golpe para el narcotráfico…
—No creo que el delincuente de esta categoría venda estampitas de la virgen de Guadalupe; buscaría sectores excluidos, y el riesgo es que se permita su libre venta como cualquier chicle.
El coordinador de la REUPA opinó que ceder a la petición de la Sociedad Mexicana del Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART) –que presentó el amparo- sería una torpeza de la SCJN; sin embargo, consideró que la única ventaja es que los ministros analizan el tema.
¿Cómo llegó el tema a la SCJN?
SMART, integrada por cuatro personas, presentó un amparo en contra de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) porque ésta les negó el permiso de producir marihuana para el consumo exclusivo de sus asociados; consideran que las autoridades sanitarias actuaron de forma contraria a la Constitución.
En la Primera Sala de la Corte, el ministro Arturo Saldivar les concedió la razón con un proyecto donde argumenta que cada persona tiene libertad de conciencia, es decir, de tomar decisiones relacionadas con el desarrollo de su personalidad, siempre y cuando respete los derechos de terceros.
La discusión de este proyecto se pospuso para esta semana; si los ministros fallan a favor de SMART, marcarían el inicio para que los Congresos locales legislen en el mismo tenor.
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