Frente a la catedral de San Cristóbal de las Casas, una joven indígena de nombre Araceli Díaz Díaz se crucificó en protesta para exigir la liberación de su padre, el campesino Agustín Díaz Gómez, quien lleva nueve años preso y no ha sido sentenciado.
La mujer, de 20 años de edad, aseguró que su padre es inocente de los tres cargos que se le imputan: homicidio, secuestro y extorsión, y comentó que el subsecretario de Gobierno del estado de Chiapas, Edgar Rosales Acuña, revisó el expediente y le confirmó la inocencia de éste. Sin embargo, hasta el momento no lo han liberado.
Araceli, también culpó al subsecretario Rosales, de engañar y confundir a la población, ya que ha difundido la versión de que la joven y su familia inmolarían niños, acusaciones que ella niega.
La joven indicó, que ella y sus familiares llevan 11 días plantados en la catedral sin que las autoridades hayan atendido su demanda, y que están dispuestos a continuar con estas acciones el tiempo que sea necesario para conseguir que liberen a su padre, que afirmó, es inocente.
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