México será un país de viejos... y no habrá hijos o nietos que cuiden de ellos, ya que el país apunta a ser una nación de adultos mayores y no de jóvenes. Sobre todo porque los millennials no quieren tener hijos, o al menos postergan la etapa de la paternidad.
En México, aunque el 50 por ciento de los jóvenes se visualiza casado y con hijos antes de los 40 años de edad, el 34 por ciento prefiere no tener descendencia, según el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México.
Según el sitio Telefonica Global Millennial Survey, en Europa solo el 14 por ciento de los jóvenes que pertenece a esta generación se ve con hijos en un futuro a 10 años.
Además, cada vez hay menos jóvenes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indica que la edad mediana en México es de 27 años, según estadísticas de la Encuesta Intercensal 2015, y las personas mayores a 60 años ahora representan el 7.2 por ciento de la población (en el 2010 era del 6.2 por ciento).
En los últimos años ha disminuido la población de niños y adolescentes –personas de entre cero y 14 años–, según la encuesta mencionada, a la par del incremento de la población de adultos mayores (personas que tienen 30 años o más).
El INEGI aseveró que un factor del envejecimiento de los mexicanos es que la pirámide poblacional "sigue la tendencia de reducir su base, mientras que continúa el crecimiento tanto en el centro como en la parte alta”.
Hace dos años, el Consejo Nacional de Población (Conapo) estimó que la población tendería a envejecer en los siguientes 30 años, y la predicción se cumplió. Para el año 2050, según el Conapo habrá 150 millones 837 mil 517 mexicanos y la esperanza de vida promedio será de 79.42 años.
Actualmente la esperanza de vida es de 77.4 años para las mujeres y 71.7 para ellos, pero se estima que aumente a 81.6 y 77.3, respectivamente.
Pero, ¿qué tiene de malo ser un país de 'viejos'? Cuando varias naciones europeas llevan años con una población que en su mayoría está compuesta por adultos mayores.
El problema es que México –y el mundo– no está preparado para enfrentar enemigos como las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, y tampoco cuenta con lo necesario para que esa población adulta se incapacite laboralmente.
Viejos pero lúcidos
Tal vez los mexicanos vayan a vivir más, si se toma en cuenta que la esperanza de vida aumentará a 81.6 para las mujeres y 77.3 para los hombres, pero lo importante es que la población llegue a esa etapa lúcida y con calidad de vida.
Para ello, se deben tomar medidas de prevención y atención a las enfermedades que afectan a nivel cognitivo. En 1990, el Alzheimer representaba entre el 60 y el 70 por ciento de los casos de demencia senil, y ocupaba el lugar 44 en la lista global de causas de muerte prematura.
En el 2013, el padecimiento se colocó en la posición número 29. Es decir que el número de muertes a causa de esta enfermedad pasaron de ser 795 mil en 1990 a 1.7 millones en el 2013.
En México, el Alzheimer figura entre las 10 causas de muerte más frecuentes. Y según el Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, 350 mil personas padecen Alzheimer en el país.
Pero de acuerdo a estimaciones del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INN), en el 2050 la cantidad de mexicanos con Alzheimer podría ser seis veces mayor, superando los 2.2 millones de personas.
Para ese mismo año, más de 3.5 millones de mexicanos podrían vivir con algún tipo de demencia, según el “Plan de Acción Alzheimer y otras demencias: México, 2014”, del INN.
Envejecer con 'dignidad'
A nivel mundial, las personas están viviendo más pero no necesariamente mejor debido a padecimientos crónicos como cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, osteoporosis y enfermedades mentales y neurológicas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que para el año 2020, por primera vez en la historia, habrá más personas mayores de 60 años que niños menores de cinco años.
Y la calidad de vida se deteriora en paralelo al avance de los trastornos mentales. Los síntomas de algunas formas de demencia –como Alzheimer– empiezan dos décadas antes de que llegue la enfermedad. Los estudios se hacen cuando el padecimiento ya está en etapa avanzada.
Por ello se insta a que, además de tomar medidas de prevención, los estudios sobre envejecimiento deberían comenzar desde la juventud, antes de que aparezca el deterioro físico y cognitivo.
Para la OMS envejecer bien debería de ser una preocupación prioritaria a nivel mundial.
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