Por Gabriela Coutiño.
Su irrupción política fue impactante. María Gloría Sánchez Gómez se convertía en la primera mujer alcaldesa de Oxchuc. Un municipio indígena enclavado en los Altos de Chiapas y por lo tanto regido por los usos y costumbres.
Su irrupción política fue impactante. María Gloría Sánchez Gómez se convertía en la primera mujer alcaldesa de Oxchuc. Un municipio indígena enclavado en los Altos de Chiapas y por lo tanto regido por los usos y costumbres.
Era el 2004, y su triunfo electoral encontró
resonancia en la prensa nacional porque era la primera mujer que ocupaba
la presidencia municipal en un municipio tseltal.
Llamada como la “Marta Sahagún de Oxchuc”
Sánchez Gómez tuvo como lengua materna el tseltal y se convirtió en un
reto para ella aprender castellano e ir a la escuela. Estudió Contaduría
Pública y posteriormente terminó un posgrado en administración.
Aunque sus allegados le reconocen una innata
inteligencia natural, su condición de mujer en un municipio regido por
los usos y costumbres la hizo estar detrás de su esposo; Norberto Santíz
López quien en ese momento era el presidente municipal en funciones de
Oxchuc y en consecuencia ella era quien presidía el entonces Instituto
de Desarrollo Humano Municipal (DIF).
Por ese motivo, la oposición la tildaba de
réplica municipal de la entonces primera dama nacional y calificaba el
referéndum municipal como una reelección automática. En ese entonces, la
pareja militaba en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Pero antes de ser alcaldesa en 1998, Sánchez
Gómez había ocupado por tres meses la titularidad de la estratégica
Secretaría para la Atención de los Pueblos Indígenas de Chiapas, siendo
gobernador del Estado Roberto Albores Guillén y ocupando su esposo una
diputación federal.
Como alcaldesa su gestión termina en el 2007, y
es en el año del 2012 que su esposo vuelve a ocupar la presidencia
municipal también por el PRI.
Pero es el pasado ejercicio electoral que
Sánchez Gómez se presenta de nuevo a las elecciones, pero ahora lo hace
bajo las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
De nueva cuenta las inconformidades de la
población de Oxchuc no se hicieron esperar, y es que también de nueva
cuenta, su esposo dejaba la presidencia municipal para tomar después
ella las riendas municipales.
El hecho es que en Oxchuc son tres meses ya de
conflicto pos electoral que no cesa y que ha adquirido grados alarmantes
de descomposición del tejido social y de riesgo de que el conflicto
escale a escenarios trágicos.
Los inconformes con el cacicazgo se han
manifestado de la manera tradicional en Chiapas; tapando
intermitentemente carreteras, pero al recrudecerse el conflicto han
quemado y saqueado la casa del matrimonio -quienes ha transcendido que
para evitar las sanciones de los órganos electorales tramitaron su
divorcio, pero diversos testigos afirman que habitan el mismo hogar- y
en consecuencia Sánchez Gómez despacha desde la ciudad de San Cristóbal
de las Casas.
El conflicto escaló hasta el incendio de 15
casas particulares, entre ellas tres propiedades atribuidas a Sánchez
Gómez, también se le prendió fuego a dos autobuses de pasajeros y siete
vehículos de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana.
Lo peor era que se hablaba de 80 policías
lesionados en los zafarranchos en donde se pretendía retomar el control
de la cabecera municipal, tomada por el grupo de inconformes.
Rehenes moneda de cambio
Ya lo vimos con el movimiento magisterial y la protesta del pueblo Chamula.
Pero lo increíble -por no ser la primera vez que
sucede- es que videos que circulan en las redes sociales chiapanecas
muestran como evidencia que un grupo que representaba a los inconformes
contra Sánchez Gómez fueron detenidos mientras eran llamados a negociar
el conflicto con autoridades estatales.
Por eso el conflicto en Oxchuc ha desnudado la
forma de hacer política en Chiapas o más concretamente la forma como la
cúpula que gobierna el estado intenta desactivar conflictos sociales.
La debilidad institucional ante la insurrección
popular obliga al gobierno estatal a realizar lo que cualquier gobierno
democrático en el mundo rechaza: intercambiar prisioneros con quienes
considera delincuentes, en este caso perturbadores de la paz social.
¿Por qué aparece esta debilidad institucional?
Seguramente la cúpula piensa que no debe mostrar
fisuras en el proyecto político futuro -incluso porque a pesar de que
la intensidad de la protesta es mayúscula en Oxchuc, las mismas
condiciones se repiten en varios municipios más del estado- porque ello
serviría de ejemplo para la rebelión en otras localidades.
También porque no logran ponerse de acuerdo
sobre el camino a tomar para retomar la gobernabilidad del municipio: ya
sea castigando a los que suponen instigan a la rebelión local o tal vez
otorgándole licencia a Sánchez Gómez.
En el fondo lo que puede suceder es que el
estado sufre -específicamente Oxchuc y otros municipios más- los efectos
de las inconformidades del “carro completo a toda costa” orquestado por
el anterior encargado de la política interna estatal y ahora
responsable de la conducción de la actual legislatura estatal.
Precisamente en un afán de protagonismo, el
ahora líder de la cámara de diputados hace declaraciones que solo le
corresponden al poder ejecutivo del estado porque es este poder el que
tiene que encabezar las negociaciones con los inconformes.
Pero que exista en Chiapas dependencias y
poderes independientes es un sueño que no se cumple en esta
administración, y tener funcionarios o representantes populares que no
anden en campaña permanente y sin inmiscuirse en cualquier asunto que no
es de su competencia, también es una quimera.
Están en todo, menos resolviendo los problemas esenciales de Chiapas.
Maestros de la promoción personal han provocado
que no parezca que existan instituciones públicas en Chiapas y por lo
tanto el riesgo de ingobernabilidad por debilidad institucional es
latente.
De ello la cúpula, el grupo compacto en el poder
es el verdadero culpable, buscarlo en otro lado es como cuando el perro
se persigue su propia cola.
Si persiguen ese camino, en el 2018 los hartazgos que hoy son focalizados, seguramente se volverán generalizados.
La pregunta también es ¿tendrán la humildad
suficiente para reconocer que sus acciones, omisiones y caprichos son
los que tienen sumido al estado en una severa crisis de debilidad
institucional?.
Lo más seguro es que no porque van de error en
error y entonces los ciudadanos nos deberemos de preparar para sufrir
otros tres años de debilidad institucional que hay que ser precisos en
eso:
Apareció porque el grupo compacto que domina la administración pública está en campaña permanente.
Otra pregunta sería si ¿De verdad le ayudan con
esta autopromoción al ejecutivo estatal en sus aspiraciones de realizar
una carrera política de más largo aliento?
Flaco favor le hacen cuando lo que necesita el
titular del ejecutivo es mantener la gobernabilidad en un Chiapas en
donde la falta de recursos es evidente.
La respuesta social organizada
Al momento, al parecer las detenciones de los inconformes de Oxchuc detonaron un acuerdo con el gobierno estatal.
Se instaló una mesa de dialogo. Probablemente sea un buen paso para iniciar la reconstrucción de la paz social en Oxchuc.
Pero la realidad es que la rebelión fue causada
por la instalación del cacicazgo del matrimonio entre Norberto Santíz
López y María Gloria Sánchez Gómez y de su remoción de la presidencia
municipal nada se habla.
¿Qué asunto puede resolverse si no se soluciona la causa que lo origina?
Si no termina el cacicazgo en Oxchuc, el pueblo
por más acuerdos que tome, tarde o temprano terminará radicalizando su
demanda. Al tiempo.
En esos mismos días de insurrección oxchuquera,
habitantes del mismo Oxchuc, pero también de Altamirano, Chanal e Ixtapa
se unieron en un frente ciudadano para la lucha contra los cacicazgos
políticos.
La idea, señalaron, es realizar de manera
coordinada jornadas de lucha. Ante los cacicazgos, la respuesta social
es la organización para la lucha cívica y esta no se detendrá si se
continúa socavando.
La única respuesta gubernamental es la
resistencia ante las inconformidades, mandar a la policía e
intercambiarlos después de secuestrar a los líderes sociales y después
invitarlos a repartirse el pastel presupuestal que cada vez se agota
más.
No solo se trata de “reestablecer la
tranquilad”, también se trata de resolver asuntos de fondos. Cosa que no
puede hacerse si todos están más cómodos haciendo campaña política
permanente que resolviendo nuestros problemas principales.
No hay nada de humildad y reconocimiento de errores en la clase política chiapaneca. Ahí está su tumba.
Son invisibles cuando se les necesita y visibles donde no hacen falta.
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