Autoridades del ayuntamiento de Berriozábal iniciaron ayer miércoles un programa emergente para remover a los vendedores ambulantes que se mantenían apostados en los alrededores del parque central desde hace dos administraciones. Apoyados de elementos de la policía municipal iniciaron el levantamiento de locales que daban mala imagen a esa parte de la cabecera municipal.
De acuerdo a funcionarios del ayuntamiento, este trabajo obedece a un programa integral de mejoramiento para el centro, el cual aplica para el parque cuyo espacio ha entrado en un proceso de remodelación y cambio de imagen. Lo que se pretende, dijeron, es tener un espacio de esparcimiento digno donde puedan acudir las familias.
“Sabemos que lo primero que la gente visita cuando viene de fuera es el parque central, por eso debemos trabajar para que este lugar se encuentre en buenas condiciones y de buen aspecto” dijeron.
Explicaron que ya han iniciados planes para ubicar en un lugar digno a toda la gente que acude al centro a realizar sus ventas, aunque se privilegiará a quienes son de ese municipio ya que hay familias enteras que llegan de otro lado a invadir las calles y luego dejan mucha basura.
“Por lo pronto se les ha pedido que se ubiquen en las calles alterna, pero en el parque ya no estará permitido quedarse. Entendemos que tienen que llegar el sustento a sus familias pero también les pedimos a ellos que si trabajamos coordinados podremos tener un mejor municipio” sostuvo uno de los funcionarios.
El problema del comercio informal se originó con la administración del entonces presidente Roberto Castañón quien permitió el acceso de vendedores de plantas, sin embargo al generar ingresos no comprobables dejaron que el parque se convirtiera en un mercado alterno con ventas de comidas y diversos artículos.
Sin embargo, la situación se tornó más caótica durante la administración de Aldert Zepeda Valencia quien dejó que dentro del parque llegaran vendedores de otros municipios generando un mayor caos, insalubridad y mala imagen del parque central. Según denuncias de algunos comerciantes establecidos a ese lugar llegan oportunistas a vender ropa y zapatos usados que según solicitan para albergues.
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