Es oriunda del municipio de Mapastepec, madre de familia, ama de casa y ahora cronista; se trata de doña Concepción Ponce Aguilar, quien el pasado 8 de mayo fue galardonada con el primer lugar en el XXIV encuentro Internacional de la Crónica Texcoco 2016, celebrado en el recinto de Los Constituyentes de 1827 con el tema “Mi autobiografía”.
Relata que fueron cerca de 80 personas las que participaron en el concurso. Hace apenas un año y medio que se adentró a este género; su primera crónica apenas estuvo compuesta por media cuartilla, “cuando me escuchó el que es de admisión nacional, él me invita al Congreso de Texcoco el año pasado”, recordó.
No obstante, desde hace un año ha luchado para que el presidente municipal de Mapastepec le otorgue el acta de cabildo que la avala como cronista oficial de aquella ciudad, sin embargo, el documento le ha sido negado y con ello su entrada a la Organización Nacional de Cronistas.
Ponce Aguilar narra que a pesar de esta situación fue invitada como integrante de la Asociación de Cronistas del Estado de Chiapas; bajo el título “La crónica me está rescatando” logró vencer a competidoras de renombre, sobre todo, las originarias del Estado de México.
“Entonces dije: ya no traigo premio. Cuando dicen Martha Cantabrana (…) que es la de admisión en la Asociación Nacional, cuando la nombran a ella como segundo lugar, pues yo ya, decía ya no gané nada, no llevo nada. Pero cuando dicen Concepción Ponce Aguilar, cronista de Mapastepec, Chiapas, me sentí en las nubes”, agregó la madre de familia.
Sin embargo no todo fue felicidad, apartó gastos alimenticios del hogar para asistir a la Ciudad de México y confiaba en que traería un reconocimiento escrito con tintas rojas, azules y negras, pero no una remuneración económica.
Lamentablemente, aún no cuenta con el apoyo de las instituciones culturales. De todos sus compañeros es la única que no está jubilada, incluso, describe que es la única que va limitada (económicamente), “con decirle que ayer tuve que prestar 20 pesos para llegar a mi casa, porque no tengo apoyo de nadie.”
“Yo escribo desde niña y siento que la vida está haciendo justicia por mí, porque soy ama de casa y no había tenido la oportunidad de participar hasta hace un año. Tengo tres hijos; uno estudia Astronomía en Argentina con mucho esfuerzo y tengo una hija que ya está casada, con sus tres niños, ya soy abuelita y mi niño que tiene 12 años (…) él toca violín”, describió la cronista a su seno familiar.
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