Hoja de apuntes.
En la opinión de Enrique Alfaro.
Como el helicóptero que todas las noches sobrevuela rasante sobre la plaza cívica, así se ven llegar e irse los rumores en torno a la salida de Manuel Velasco Coello. Ambas actividades tienen el mismo propósito: desgastar a los maestros y al gobernante, respectivamente.
A estas alturas, es evidente que el primer rumor de la renuncia y sustitución de Velasco tocó fibras sensibles de casa de gobierno y activó una respuesta que se obvió en las redes sociales.
Por otra parte, también es claro que la máquina de rumores sigue trabajando, sorprendiendo cada vez menos a los incuatos. El más reciente “runrún” sostiene que el senador Luis Armando Melgar Bravo sustituiría al gobernador.
Pero así como los maestros se ponen cada vez menos nerviosos al escuchar los sobrevuelos, también es cierto que los rumores se desgastan como fórmula para generar desasosiego en el entorno del Güero, quién tuvo la necesidad de tomarse las fotos con los legisladores locales y federales (incluido Roberto Albores Gleason, líder estatal del PRI), con el secretario Miguel Ángel Osorio Chong y el propio presidente Enrique Peña Nieto, para amainar el "vendaval" de su remplazo.
Lo cierto es que, como sostiene José Adriano en su diario Contrapoder, Chiapas tiene muchos problemas de ingobernabilidad pero no existen las condiciones objetivas que provoquen la renuncia de Velasco Coello, quién permanecerá en el poder.
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