"Un concierto con la marimba orquesta de la SSyPC, que combinado con el canto de las aves y aullido de los monos dejó sin habla a los turistas."
Por El Centinela.
Los presentes están maravillados. Lo que ven y escuchan es único. El
canto de las aves y aullar de los monos se mezclan con la música de
marimba. Y al anunciarse a los policías, los turistas esperan ver a
hombres rudos, armados. Cuando ven a un joven, se sorprenden. Y más al
verlo sin manos. Y aún más al verlo subir al taburete. Y se quedan sin
habla al verlo tocar la marimba.
“Venimos de España. Planeamos ir a San Cristóbal, Palenque, pero en Tuxtla estamos de paso. Alguien nos sugirió venir al ZooMAT y vaya que valió la pena”, dice Alonso Iñiguez.
“Los animales están hermosos, pero este espectáculo es único. Definitivamente valió la pena haber venido”, dice y aplaude.
El se refiere a la participación de la marimba orquesta de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
“Todos esperábamos ver a hombres rudos, con armas, y salen elegantes,
tocando muy bien. Pero las palmas se las lleva el joven”, agrega Alonso
que no sale de su asombro.
Sentado en lo alto del taburete, el joven
sonríe mientras deleita a los presentes. Pocos saben que se llama César
Artemio del Valle Ruiz. La mayoría ignora que es abogado.
Sí, César defiende con el alma y toca con el corazón.
Su camisa luce impecable, blanca. Sonríe y saluda amable a cada compañero.
Mientras se encamina al taburete, su paso es ligero, pero sin prisa. Sonríe. Siempre sonríe.
Sube. Se sienta. Va sin zapatos. Sus dedos lucen higiénicos En los
dedos gordos de los pies, le sujetan los bolillos. Es que César no tiene
ambos brazos.
Fue en un accidente de la infancia, cuando perdió las
extremidades. Pero se no hundió en las arenas movedizas de la
autocompasión.
Decidido a salir adelante, pisó firme sobre la roca inamovible del esfuerzo y perseverancia. Y siguió estudiando.
Estudió Derecho en San Cristóbal. Recién egresó de la carrera. “Me siento nervioso”, confiesa. Este es su primer trabajo.
“No esperaba ser contratado tan rápido, por la situación económica y por mi aparente discapacidad”, confiesa.
Pero salió la convocatoria de la SSyPC, César presentó y pasó todos los
exámenes. Por su perfil académico fue asignado al área de atención y
protección a víctimas de la SSyPC.
“Pensaba estudiar Criminología,
pero al ver el campo reducido de trabajo elegí la abogacía. Además,
siento que es donde puedo ayudar más, porque hay muchos que como yo no
tienen acceso a una justicia total, revela.
Así, César se encarga de
velar por los derechos humanos de los más desvalidos. En su área
laboral revisa quejas, medidas precautorias sobre violaciones a los
derechos humanos, entre otras.
Pero los presentes al ZOOMAT lo
ignoran. Ellos ven a un joven sonriente, habilidoso que con su esfuerzo y
talento hace que más de uno se estremezca.
“El gusto por la música
lo traigo desde pequeño, me encantaba el piano, pero no lo podía
ejecutar, hasta que se me dio tocar marimba con los pies. Lo
denominamos marimba podolaria”, refiere.
César dedicó tiempo y esfuerzo para demostrarse a sí mismo y a otros, que a pesar de las adversidades se puede, cuando se quiere de verdad.
César dedicó tiempo y esfuerzo para demostrarse a sí mismo y a otros, que a pesar de las adversidades se puede, cuando se quiere de verdad.
Hace siete años
que César aprendió a ejecutar la marimba con los pies. Tras dominar a
la perfección 12 canciones, con el apoyo del maestro César Alexis grabó
un disco. Ya prepara el siguiente.
Los presentes están extasiados
por la música de marimba, por el canto de las aves y el ambiente sin par
de la naturaleza. No quieren partir. Pero ya se debe cerrar las
instalaciones.
Un día antes, estuvo en el mismo lugar la orquesta sinfónica de la XXXI Zona Militar. También cautivó.
Pero sin duda todos se llevan un grato recuerdo de la singular participación de César.
El joven baja del banco de madera. Sus ojos brillan con la chispa del
entusiasmo. Es optimista, es abogado, es policía, es músico... es César
Artemio del Valle Ruiz. Defiende con el alma y toca con el corazón.
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