Entre hombres, mujeres, infantes y adultos mayores, unos cinco mil habitantes del municipio Chalchihuitán, en Chiapas, fueron desplazados por grupos armados que operan en la jurisdicción vecina de Chenalhó.
Una disputa de tierras y límites territoriales motivó la arremetida de los grupos violentos.
Las víctimas que no pudieron huir a la cabecera municipal de Chalchihuitán tuvieron que subir las montañas, donde están sin apoyo de ninguna institución gubernamental, pero sí con hambre, sed y frío. Viven en las condiciones más precarias.
Padres de iglesias cercanas y organizaciones no gubernamentales llegaron al sitio para documentar y denunciar el hecho.
El párroco Marcelo Pérez Pérez, del municipio Simojovel, caminó varias horas hasta llegar a las montañas donde se hallan los desplazados, quienes viven, en condiciones similares a las de 1997, antes de la masacre de Acteal.
Cifras de una tragedia
Se trata de 700 personas, agrupadas en 120 familias. Entre ellas hay 8 embarazadas, quienes tuvieron que abandonar la comunidad de Ch’en Mut.
Por la comunidad Pom fueron echadas de sus viviendas 436 familias, más de 2 mil habitantes, entre las que hay 100 embarazadas.
Asumismo, de Tzomolton fueron botadas de sus hogares 107 familias, que suman 800 personas. De la comunidad C’analumtic resultaron desplazadas 191 familias, alrededor de 600 pobladores.
De Bejelton unas 30 familias (150 pobladores); Tulantic unas 50 familias (350 habitantes); de Vololch’ojon 40 familias (150 personas); Cruz c’ac’ao nam 200 habitantes; y de Cruz ton 20 familias (73 personas).
Hasta los momentos, los habitantes de Balunac’o, Cotolchij, Lobolaltic, Pacanam, Pat C’anteal, Chiqun xulum y Saclum no han sido desplazados, pero viven con el miedo de que en cualquier momento entren los grupos armados a sus casas.
Solicitan solidaridad nacional e internacional para desplazados
El padre Pérez informó que “hay una gran cantidad de enfermos, especialmente niños y ancianos. Hay varias embarazadas. No pueden salir a buscar alimentos porque están bloqueadas las tres vías de salida y entrada, solo por el camino de Simojovel hay acceso”.
Además, indicó que se requiere con urgencia ayuda humanitaria, sobre todo alimentos, medicinas, artículos para la higiene personal, ropa para niños y cobertores.
Asimismo, reportó que hay varias viviendas quemadas en todas las zonas de las que fueron desplazados los nativos tsotsiles.
A raíz de la emergencia, se movilizaron las organizaciones Servicios de Asesoría para la Paz (Serapaz), Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, Centro de Derechos Humanos Ku’untik y otras, que solicitan solidaridad nacional e internacional, para afrontar esta crisis humanitaria.
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