Cada año
en las Unidades de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), que dirige Tuffic Miguel, se atiende de manera integral a 2.7 millones
de personas con diabetes, quienes reciben tratamiento con medicamentos y el
apoyo de servicios en nutrición y trabajo social para modificar estilos de vida
poco saludables.
El
coordinador de Programas Médicos en la División de Medicina Familiar del IMSS,
Héctor Raúl Vargas Sánchez, señaló que la atención en clínicas es primordial
para controlar la enfermedad y así retrasar la aparición de diversas
complicaciones como ceguera, daño en riñones y nervios, la amputación de
extremidades e incluso infartos, que ponen en riesgo la vida.
En un
esfuerzo de prevención, enfatizó, en los módulos PREVENIMSS de las Unidades de
Medicina Familiar (UMF) se realiza un promedio anual de seis millones de
pruebas de detección de diabetes, que constituyen la oportunidad de identificar
a personas con factores de riesgo de padecer la enfermedad, y así poder
atenderlos oportunamente.
Destacó
que en la actual administración se diseñó y puso en marcha el Modelo Preventivo
de Enfermedades Crónicas, con el objetivo de reorientar los servicios de salud
para detectar y prevenir la aparición de cuatro padecimientos que afectan a los
derechohabientes del Instituto, entre ellos, la diabetes.
Informó
que la estrategia continúa en fase piloto en el estado de Nuevo León y que uno
de los objetivos fue comenzar el modelo en esta entidad del país, ya que allí
el IMSS cuenta con 250 mil pacientes diabéticos atendidos en UMF.
Al
acudir a los centros de trabajo para realizar la detección de los males
crónicos, agregó, es posible atender con oportunidad la enfermedad para
controlarla antes de que aparezcan las complicaciones por varios años, lo cual
incide en una mejor calidad de vida.
Para los
derechohabientes que ya tienen el padecimiento, además de la toma de
medicamentos, el doctor Vargas Sánchez recomendó medidas que deben ponerse en
práctica diariamente, con mayor énfasis cuando existen cambios bruscos de
temperatura.
Acudir a
consulta regularmente con el médico, aprender a controlar los niveles de azúcar
en la sangre con alimentación balanceada, abrigarse adecuadamente en ambientes
fríos, hidratarse, vacunarse contra la influenza y el neumococo, y realizar
actividad física moderada, que puede ser caminata o trote durante 30 minutos al
día.
Explicó
que un problema en las personas que no controlan su nivel de azúcar en la
sangre es el pie diabético. Con la evolución de la enfermedad, una o ambas
extremidades sufren daño en los nervios y la circulación que provocan la
pérdida de sensibilidad. No percatarse de alguna llaga o lesión en el pie y no
solicitar atención, puede derivar en úlceras e infecciones que causen la
amputación del miembro, por lo cual recomendó revisar los pies todos los días y
usar calzado cómodo.
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