Para brindar una nueva
oportunidad de vida a niñas y niños con insuficiencia renal crónica, cuyo riñón
funciona con sólo el 15 por ciento de su capacidad, en el Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), que dirige Tuffic Miguel, se realizaron 115
trasplantes renales a niñas y niños durante 2017.
En los últimos
cinco años, en hospitales y Unidades Médicas de Alta Especialidad se han
realizado 779 cirugías para reemplazar este órgano encargado de limpiar la
sangre eliminando elementos como líquido sobrante, sales y productos de
desecho, que segrega hormonas que ayudan a regular la tensión arterial, a
producir nuevos glóbulos rojos y a mantener la concentración de calcio en
sangre para tener huesos sanos.
La jefa del Servicio de Nefrología del
Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Alejandra Aguilar
Kitsu, destacó que además de trasplantes, en el Seguro Social se realiza el diagnóstico oportuno y tratamiento de
enfermedades renales que permite prevenir el daño renal o retrasar su avance,
con medicamentos especializados, diálisis peritoneal y hemodiálisis.
Señaló que en esta unidad médica, que da
cobertura a derechohabientes en el sur de la Ciudad de México y de los estados
de Querétaro, Morelos, Guerrero y Chiapas, anualmente se atiende alrededor de
cien niños en los programas de diálisis peritoneal y hemodiálisis.
Indicó que un alto porcentaje de los
menores requieren de terapia dialítica mientras esperan el trasplante de riñón. En los niños se prefiere la diálisis
peritoneal por ser una terapia que se lleva a cabo en casa y le permite
continuar con sus actividades habituales como las escolares y esto contribuye a
mejorar su calidad de vida.
Cuando la diálisis peritoneal está
contraindicada o ya no es funcional, los niños entran a programa de
hemodiálisis, a través de una máquina que elimina las sustancias de desecho que
el riñón enfermo es incapaz de eliminar del cuerpo.
Informó que por cada 100 personas que
padecen insuficiencia renal crónica y que ameritan diálisis, al menos cinco son
menores de edad y se estima que, en la
población general, una de cada diez personas en el mundo sufre daño permanente
en el riñón. Las causas principales son
la diabetes y la hipertensión arterial, ambos padecimientos asociados a los
altos índices de sobrepeso y obesidad.
A recién nacidos y bebés que sufren de
fiebre constante, dijo, se les realizan estudios de laboratorio para
diagnosticar infección en vías urinarias. En los menores de dos años de edad
con infecciones urinarias, además de tratamiento, en el IMSS se les realizan
pruebas para buscar malformaciones urinarias, pues de ser corregidas de manera
oportuna se evita el desarrollo de enfermedad e insuficiencia renal.
La especialista recomendó a los padres evitar
que sus hijos se deshidraten y no autorecetar, ya que algunos fármacos para
tratar la fiebre, como el ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios,
pueden provocar mayor daño en quienes ya tienen problemas en el riñón, por lo
que sólo deben ser prescritos por doctores que conozcan el historial médico del
menor.
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